Daniel Sancho, hijo del reconocido actor español Rodolfo Sánchez, fue declarado culpable por el asesinato y desmembramiento del cirujano plástico colombiano Edwin Arrieta en la isla tailandesa de Koh Phangan en agosto de 2023. El caso, que conmocionó a España y Colombia, reveló una oscura faceta de Sancho, quien alegó haber actuado en defensa propia tras una supuesta agresión sexual. Sin embargo, la fiscalía demostró que el crimen fue premeditado, condenándolo a cadena perpetua y ordenándole pagar una indemnización a la familia de la víctima.

La premeditación: pruebas que lo condenaron

Durante el juicio, se presentaron pruebas contundentes que indicaban que el asesinato fue planificado. La fiscalía reveló que Daniel Sancho había comprado cuchillos y bolsas de plástico, los cuales fueron encontrados en la habitación donde ocurrió el crimen. Estos elementos sirvieron para desmembrar y ocultar el cuerpo de Edwin Arrieta, intentando deshacerse de las evidencias.

Sancho, de 30 años, trató de justificar su acción afirmando que había sido «rehén» de Arrieta, a quien acusó de obsesión y de haberlo manipulado para destruir su relación con su novia. Sin embargo, las pruebas físicas presentadas por la fiscalía fueron determinantes para desmontar su versión y confirmar la premeditación del asesinato.

Cronología del crimen

El 31 de julio de 2023, Edwin Arrieta, de 44 años, llegó a Koh Phangan, una isla en el sur de Tailandia, para disfrutar de unos días junto a Daniel Sancho, a quien había conocido por internet. Según la información presentada al tribunal, ambos habían mantenido contacto virtual durante un tiempo antes de decidir encontrarse en persona en esta turística isla. Durante varios días, los dos disfrutaron de la gastronomía y las atracciones de la isla. Sin embargo, Arrieta desapareció repentinamente, lo que encendió las alarmas.

La desaparición de Arrieta marcó el inicio de una búsqueda que culminó con el macabro descubrimiento de sus restos desmembrados en distintos puntos de la isla. La policía tailandesa, tras una intensa investigación, detuvo a Daniel Sancho como principal sospechoso del crimen. Ante la presión de las pruebas, Sancho confesó haber cometido el asesinato, alegando, no obstante, que actuó en defensa propia después de un supuesto ataque sexual por parte de Arrieta.

La sentencia: justicia y reparación

El tribunal tailandés no sólo condenó a Daniel Sancho a cadena perpetua por el asesinato premeditado, sino que también ordenó el pago de una indemnización de 119.000 dólares a la familia de Edwin Arrieta. Según el abogado de la familia, Bussakorn Kaewleeled, los demandantes se mostraron satisfechos con la sentencia, que además de la pena de prisión, garantiza una compensación económica para los allegados de la víctima.

Este caso ha generado un amplio debate sobre la justicia en crímenes cometidos por extranjeros en Tailandia, así como sobre la influencia que pudo tener la notoriedad del padre de Sancho, Rodolfo Sánchez, en el tratamiento mediático del caso.

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