En un contexto donde el fútbol se convierte en un bálsamo para la ciudad de Bucaramanga, el Atlético Bucaramanga se encuentra a las puertas de una final histórica, liderado por el estratega venezolano Rafael Dudamel. Sin embargo, este logro deportivo se ve empañado por la controversia política que rodea a la ciudad, con especial atención en la política antimigrante promovida por el alcalde Jaime Beltrán.
Sin embargo, mientras el Atlético Bucaramanga se prepara para disputar la final y hacer historia en el fútbol local, la gestión del alcalde Jaime Beltrán ha generado fuertes críticas. Su enfoque en una política de seguridad que ha sido catalogada por expertos como xenófoba ha despertado la preocupación de la comunidad local e internacional.
Al hoy alcalde se le cuestionaba su admiración por el líder centroamericano, sobre quien pesan centenares de acusaciones de violaciones a los derechos humanos. Beltrán les restaba importancia y afirmaba que su prioridad era restablecer el orden en la ciudad.
Siendo consecuente con eso, en el último mes el alcalde ha intensificado la expulsión de migrantes venezolanos, organizando un amplio despliegue en medios de comunicación para dar a conocer la iniciativa. Según dice, su objetivo final es “proteger el territorio” y evitar que se propague la delincuencia. Ha dado órdenes a las autoridades para que capturen a personas extranjeras que tengan algún tipo de antecedentes.