La semana anterior cuando se disponía el alcalde de Pereira Carlos Maya a atender a jóvenes para seguir con las reuniones que ha adelantado y tratar temas de la ciudad y sus posibles soluciones, llegaron encapuchados a la reunión (de los de la llamada primera línea) aún cuando se había acordado dentro de las reglas de juego que el alcalde no asistiría a reuniones donde existieran encapuchados y menos con el rostro totalmente cubierto.
Es de anotar que en reuniones anteriores del alcalde con representantes de diferentes sectores como el de entretenimiento, gastronomía, volqueteros, taxistas, indígenas, transportadores, sector del combustible, líderes sociales y estudiantes, se han logrado acuerdos conocidos por la ciudadanía, pero es lógica la postura del alcalde en negarse a sostener reuniones con personas que si bien manifiestan una representación, al tener su identidad oculta (diferente a los otros sectores con quienes ha dialogado y llegado a acuerdos) no tendrían garantías si se llegase acuerdos y menos saber si quienes dicen representar determinado colectivo en realidad si lo son. Finalmente tuve conocimiento de qué al requisar encapuchados al acceso al recinto les hallaron navajas y cuchillos.
¿Es adecuado sostener conversaciones sobre problemas de la ciudad con personas cuya identidad se desconoce y si se llegasen a acuerdos realmente con quien sería entonces?