La emoción y el esfuerzo de Javier Roldán, ingeniero mecánico y fundador de Eolo Motors, se ven frenados por la burocracia. El primer vehículo eléctrico de carga desarrollado en Colombia ha sido inmovilizado por la Policía de Tránsito de Bogotá, a pesar de estar amparado por una circular del Ministerio de Transporte.

El Eolo Supercargo, un cuadriciclo eléctrico con un peso inferior a los 600 kg, una velocidad máxima de 50 km/h, 6 kW de potencia y una autonomía de 100 km, ha enfrentado numerosos desafíos tecnológicos y financieros para hacerse realidad. Sin embargo, los trámites burocráticos se han convertido en el mayor obstáculo.

A pesar de contar con una circular que permite la circulación de cuatriciclos sin licencia, SOAT ni revisión técnico-mecánica, Roldán se encontró con un retén de la Policía de Tránsito en Álamos, Bogotá. Aunque presentó el documento que respaldaba la circulación del vehículo, uno de los oficiales insistió en llevarlo a los patios por no tener placas ni manifiesto de importación. Roldán argumentó que el carro fue fabricado en Colombia y que solo poseen un manifiesto de importación para las llantas.

Tras ser inmovilizado y llevado a los patios de Álamos, Roldán se encuentra luchando legalmente para impugnar el comparendo y recuperar el Eolo Supercargo. Aunque está convencido de las dificultades que existen para hacer ciencia en Colombia, considera que la lucha contra la burocracia es aún más desafiante. Roldán destaca la falta de apoyo a la industria nacional y la preferencia por importar tecnologías en lugar de impulsar el desarrollo de prototipos y la generación de ciencia en el país.

El sueño de Roldán de impulsar vehículos impulsados por energías renovables y contribuir a la transición energética se ve frustrado por los obstáculos burocráticos, pero su determinación no se quiebra. La batalla continúa por hacer realidad la innovación tecnológica en Colombia.

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