“Yo quería ponerme un poquito de cola y una amiga que se la había mandado a colocar con la esteticista, le quedó muy bonita y me antojé. Ubiqué a la esteticista por recomendación de una amiga que me dijo que ella colocaba ácido hialurónico, no biopolímeros, mi amiga me llevó a un lugar muy bonito, parecía una clínica con su buena oficina, su consultorio, con ayudantes y ellas estaban vestidas de uniforme.

Solo estaba yo de paciente cuando asistí a la cita, y le dije que me quería colocar lo mismo que tenía mi amiga y me dijo que sí, y que me cobraba $3.500.000 por esa cirugía, no me mandó a hacer exámenes de sangre, ni nada”.

El día de la intervención, Valentina, llegó en horas de la mañana al mismo sitio donde la atendió por primera vez y la llevaron a una habitación sencilla, con una camilla y unos tarros sobre una pequeña mesa, se puso la batilla, se cogió el cabello y se acostó en la camilla, la esteticista le puso anestesia local, le iba chuzando e inyectando el líquido y al cabo de tres horas terminó todo, le dijo “tome acetaminofén” y salió para la casa.

EMPIEZAN LOS DOLORES

“A los 15 días de tener ese líquido en mis glúteos yo no podía caminar y sentía un dolor intenso en el abdomen, como un palo atravesado, en la clínica donde me atendieron el médico dijo que era al parecer ese líquido que estaba buscando por donde salir, me molesto los pulmones y me tuvieron que hacer tubo de tórax, me extrajeron dos tarros de ese líquido, tarros de más de un litro. El tubo tórax lo hicieron introduciendo una manguera gruesa por el costado izquierdo para drenar todo ese líquido”.

NO ES ÁCIDO HIALURÓNICO, ES BIOPOLÍMERO

“La cola seguía normal, aunque con unas manchas, pero no sentía molestia. La inyección de ese líquido en mis glúteos fue hace seis años, un día me dio un absceso en la cola que empezó como un nacido o un barro pequeño, un día me senté en una silla y se reventó, ahí empezó a agrandarse y a comerse la piel y el músculo, entonces volví a la clínica cuando me vio el cirujano plástico Ricardo Bonilla y me dijo “eso es biopolímero, eso no es ácido hialurónico, eso cuesta mucho”.

Yo estuve en la UCI, en estado de coma, es que llegué a un punto en que no me podía ni sentar, al doctor Ricardo Bonilla, cirujano, le tocó hacerme más de diez desbridamientos y lavados, llegué a pesar 37 kg. cuando mi peso normal es de 54 kg., me alimentaba solo con líquidos. Me han hecho dos cirugías, una en el glúteo derecho y la otra hace dos semanas en el izquierdo. No podían hacerme injertos aún porque estaba sin grasa, cuando el cirujano vio que se podía me hizo el más grande, el del lado izquierdo, quitando del muslo del lado izquierdo; en un muslo la herida cicatrizó, pero igual tocó hacer de nuevo una cirugía para ese mismo lado que no querían sanar”.

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MÁS SECUELAS EN SU SALUD

Debido a tanto medicamento a Valentina se le dañaron los dientes de la parte inferior, quedó un poco sorda y le molesta la visión, luego de la primera operación empezaron las curaciones continuas, le dieron hospitalización en casa, y todavía sigue en recuperación.

“Gracias al cirujano plástico Bonilla, estoy recuperándome y tengo otra oportunidad de vivir, porque los médicos que me vieron así manifestaban que no daban un peso por mí recuperación y a mis padres le decían que si rezaban lo hicieran por mí, porque eso era impresionante, en el glúteo izquierdo tenía un hueco como de 15 centímetros”.

¿QUIÉN LE INYECTO LOS BIOPOLÍMEROS?

Aura Tobón, la modelo y enfermera estética, que fue procesada por ser una de las responsables de la muerte de la joven María Alejandra Sánchez, que falleció durante una operación en una clínica clandestina o de garaje.

laura tobon al centro

La modelo ofrecía servicios de liposucción, masajes reductores, drenajes linfáticos y más procedimientos a partir de $800.000 pesos, con sus contactos en gimnasios y a través de la fan page “Laura Tobón Medicina Estética” usurpando el nombre de una famosa modelo y presentadora. “Suave Brisa, con o sin marcación… Baja hasta 15 Kg. en una sola sesión sin los riesgos de anestesia general”.

¿QUÉ ES EL ÁCIDO HIALURÓNICO?

El ácido hialurónico hace parte del colágeno de nuestra piel, lo tenemos en el cuerpo normalmente y es hidratante de la piel. Cuando se inyecta entra debajo de la piel, hace una mínima estructura que produce retención de agua que aumenta los volúmenes en la zona donde se aplica. Es una sustancia segura pero con el tiempo se reabsorbe y no genera efectos secundarios, ya que dura entre ocho meses y un año.

Valentina pagó $3.500.000 de pesos, pues veamos lo que vale realmente el ácido hialurónico, cada centímetro cúbico vale $500.000 pesos, si son 300 centímetros, 3 en cada glúteo, serían $300.000.000 de pesos, así que cuidado, si le dicen lo mismo que a Valentina, que le inyectan ese ácido por un precio mucho más bajo la están engañando y pueden inyectarle otras sustancias, incluso desde pegantes de ventanas hasta biopolímeros.

¿QUÉ SON LOS BIOPOLÍMEROS?

Son compuestos con alto porcentaje de silicona líquida asociada a otros productos que una vez en el organismo generan una reacción de rechazo con múltiples efectos como: alergias, infecciones, fibrosis, cambios de textura de piel, necrosis, migración del producto, infecciones tardías son frecuentes, lesiones en la piel, deformidades, granulomas y edema o hinchazón.

Lamentablemente muchas personas lo recomiendan, pero no olvidemos que sus efectos pueden presentar problemas en meses o años. Hay quienes por fuera pueden estar muy bien, pero por dentro estarán supurando y cuando sale a la superficie ya está avanzada la afectación.

REFLEXIÓN

“A las niñas les aconsejo, no se deben dejar influenciar por las amigas y es mejor ir a un buen cirujano, si les dicen que eso es barato y es lo mismo, es mentira. La vida es muy hermosa y no se debe arriesgar por barato que sea o en manos de una persona que no es cirujano plástico con estudio y certificación auténtica”.

Valentina lamenta haber puesto en peligro su vida y con valentía lucha cada día con las secuelas en su cuerpo y en su mente, todo por confiar en alguien que no es un profesional de la cirugía plástica estética y que de manera irresponsable le inyectó otra sustancia peligrosa.

*Se cambia el nombre a petición de la fuente, si bien la intervención fue en Bogotá, un cirujano de Pereira es quién en la Clínica Los Rosales está a cargo de la recuperación.

A CLAUDIA LA OPERÓ UN PREPARADOR FÍSICO EN UNA CLÍNICA DE GARAJE, SIN ANESTESIA, HACIÉNDOSE PASAR POR CIRUJANO PLÁSTICO.

*Claudia conoció una amiga en el gimnasio, esta le recomendó un falso cirujano plástico, fue donde él y estuvo al borde de la muerte por lo que le hizo en contra de su voluntad. Esta es su historia luego de cuatro intervenciones quirúrgicas.

“Yo me quería operar por vanidad, ya que después del embarazo quedé delgada pero con una bolsita en el abdomen y la piel se me estiró demasiado. Ahí tomé la decisión y al cumplir la niña tres años, consideré que era tiempo de hacerme la cirugía y en el gimnasio una amiga me hablo de un médico que era muy bueno y le había hecho a otras chicas quedando muy bellas, y me dijo que fuera, lo cual me dio confianza.

Fui y encontré una casa, afuera había un aviso donde mostraba los procedimientos estéticos, en el primer piso había un gimnasio y subí al segundo piso al consultorio de él, ahí vi en la pared muchos diplomas avalados por el Ministerio de Educación, por el Ministerio de Salud, un diploma de la Universidad Tecnológica de Pereira como médico cirujano, estudios y congresos, por lo cual me confié y puse mi vida en sus manos sin saber lo que sucedería. Allí le dije que solo quería lo del abdomen y me explicó del método que él utiliza, el inyecta un líquido como agua, uno se infla y durante el procedimiento no se ve sangre”.

El falso cirujano le dijo que se hiciera unos exámenes, Claudia tomó la decisión con su esposo y se hizo los exámenes. Cuando fue con los resultados, el esposo le dijo que si miraba los senos a ver que se podía hacer, ante lo cual ella manifestó que no quería eso y solo quería le mejorara el abdomen.

“El doctor me dijo que miráramos y le dije que cuando tuve a la niña tuve mastitis y sufrí mucho por lo que no quería nada más, él insistió y dijo que solo era inyectarme la grasa que me quitaba del abdomen en los senos, le reitere no quiero nada de eso, ni jeringas, pero él dijo que eso no era nada y que me mostraba a la esposa que él le había hecho eso, entonces la esposa subió, me mostró y se le veían las cicatrices como muestras de que lo había hecho.

Así estaban antes de las inyecciones 1

  -Así estaban antes de las inyecciones-

Él me reitero que eso no duele y al final le dije: bueno hagámosle pues, aunque me da mucho miedo. Él médico cobro $4.000.000 de pesos por el abdomen y $1.000.000 de pesos por los senos y se le pagó en efectivo allí mismo, eso fue un jueves y me citó para el sábado para prepararme y proceder, imaginé que allí me preparaba y me trasladaba a una clínica para la operación. Nunca desconfié de él pues es un médico y los diplomas con el sello del Ministerio me daban seguridad”.

El día de la operación, Claudia llegó a las 09:00 de la mañana, a las 10:00 a.m. la esposa del falso cirujano la preparó y llevó a una habitación al fondo de la casa donde solo había una camilla, una mesita con gasas, jeringas y una lámpara blanca normal, ahí empezó a sentir nervios porque esperaba que la cirugía la hicieran en otro lugar.

“Me tendí en la camilla y la esposa de él me limpió, él me inyectó anestesia local en el abdomen y empezó a inyectarme líquido. Yo confié porque él me dijo que con el método de él no se sentiría dolor ni se vería sangre. Yo me infle mucho y el empezó a cortarme y en verdad no se vio sangre y me hizo lo del abdomen y no sentí nada, cuando ya empezó lo de los senos, me dijo “las jeringas que están ahí son las que le voy a inyectar”, eran seis jeringas inmensas, como de ganado, y pensé que no era posible que eso me lo fueran a inyectar además de que habían estado tanto tiempo fuera.

Le dije: ‘doctor la verdad no me haga eso, si quiere se queda con la plata o cuando pueda me la devuelve, yo no estoy segura y es mejor hacerme algo cuando yo quiera pero es mejor que no me vaya a hacer eso’, él me refutó y dijo ‘tranquila que eso no le va a doler, usted tiene miedo es porque le va a doler’, le dije: ‘no doctor, así sea porque me vaya a doler, pero no quiero y yo me siento normal con mis senos’, él insistió y riéndose me dijo: ‘eso no le va a doler’, llamó a la esposa, ella llegó y él dijo: ‘venga para que me ayude con ella’ y ella me tuvo las manos y él dijo: ‘esto no le va a doler’».

EMPIEZA LA CARNICERÍA, INYECTARLA SIN SU CONSENTIMIENTO, SIN ESCUCHAR SU NEGACIÓN, NI SUS GRITOS DE DOLOR.

“Cuando me metió la primer jeringa sentí un dolor terrible y grité porque sentí que me iba a morir, ya que era muy doloroso, le dije: ‘doctor ya no más, por favor, ya no más, déjeme eso así’, él insistió que no, que tranquila y yo empecé a gritar pensando que mi esposo estaba afuera esperándome y pensé, ¿dios mío qué será de mi niña si algo me pasa? Pero si mi esposo me escucha gritar entra, la esposa del médico, al verme desesperada, se descuidó y le cogí al médico las manos, él me gritó que le soltara las manos, que lo soltara y la esposa de él me las cogía y yo gritaba que me dejara quieta, así nada más, pero que me dejara quieta, él dijo que no me dejaba así y la esposa otra vez logró sujetarme las manos con firmeza, las fuerzas me abandonaron y ahí él me metió las otras inyecciones a pesar de mis gritos por ese terrible dolor.

Salí muy mal de allí, sin alientos ni fuerza, casi desvanecida del dolor a las 03:00 de la tarde, me dijo ‘mañana viene para que mi esposa le cambie la faja y no se la quite usted ya que va a votar mucho líquido y le darán ganas de ir al baño para eliminar ese líquido’, y esa noche pase normal y al día siguiente fui donde ella y así cinco días seguí yendo para el masaje”.

Ese domingo, Claudia no durmió, pasó la noche en vela y al intentar cerrar sus ojos veía la cara del médico riéndose, mientras estaba inyectándola con unas jeringas inmensas que la atravesaban de lado a lado y depositaban fuego en su cuerpo, también veía a la esposa sujetándole las manos, como garfios de acero que le impedían moverlas. Fue tal el impacto psicológico de aquella situación que a pesar del tiempo sigue afligida y dichos recuerdos son recurrentes en sus noches.

A PESAR DE LOS SÍNTOMAS DE QUE ALGO NO ESTABA BIEN EN EL CUERPO DE CLAUDIA, ESTE FALSO CIRUJANO PLÁSTICO LE INSISTE EN QUE “NO ES NADA”

“Al tercer día empecé a sentir fiebre y mucho dolor en las piernas y brazos, se lo dije al médico y me contestó que era por los líquidos retenidos y me recetó unas pastas. Seguí sin poder dormir por las fiebres y dolores, al ver que él me decía que eso no era nada, me tocó ir a una clínica porque la fiebre era impresionante y me recetaron un acetaminofén.

Al día siguiente amanecí peor, no soportaba el dolor ni la fiebre, lo llamé y le dije ‘doctor tengo mucha fiebre y sigo con un terrible dolor en la espalda, las piernas y los brazos’, me contestó que no era así, que yo me imaginaba cosas que no son, pero que estaba bien, le dije doctor no aguanto más.

Llamé a mi esposo y me llevó al consultorio del médico y allí él me tomó la temperatura y me dijo que no tenía nada, que yo estaba normal, le repliqué que cómo me decía que estaba normal si estaba ardida de la fiebre, me dijo usted no tiene fiebre lo que pasa es que usted es muy consentida, muy mimada y por eso imagina cosas que no son”.

NO ASUME SU RESPONSABILIDAD Y ORDENA LE INYECTEN ANTIBIÓTICOS SIN HACERLE LA PRUEBA DE ALERGIA, PONIENDO EN RIESGO UNA VEZ MÁS SU VIDA.

“Cuando me pare estaba mareada, sudaba frío y se me bajo la presión, mi esposo le dijo que cada día estaba peor y me llevaría a otro lado, entonces él nos dijo que no, que si estábamos allí nos atendería, y luego nos explicó ‘lo que se le inyectó en los senos se convirtió en materia, por eso son las fiebres, pero le inyectaré penicilina’, ahora vayan a una clínica a que le hagan la prueba, le dijimos ¿cómo así? Si usted es médico, ¿por qué no la hace usted? Y respondió que no, que él daba una orden y mi esposo le dijo pues vamos pero con usted, él se volvió a negar y dijo ‘bueno entonces llamo a una enfermera’ y así lo hizo.

Cuando llegó la enfermera, él se fue a hablar con ella afuera y no sé qué le diría él a ella. Al rato entró la enfermera y me preguntó ‘¿verdad que a usted ya le realizaron la prueba?’ Yo le conteste que no me habían hecho ninguna prueba, entonces procedió a hacerme la prueba y estaba en ello cuando el médico entró y le dijo a la enfermera, ‘¿usted qué es lo que le está haciendo a ella?’ La enfermera le contestó que me estaba haciendo la prueba y él dijo ‘a ella no le haga la prueba, inyéctele ya el medicamento’, la enfermera le dijo ‘¿cómo así doctor?’ La enfermera al verme tan mal ya estaba nerviosa y empezó a discutir con él, le afirmó ‘doctor como se le ocurre que le aplique un medicamento sin hacerle la prueba y qué tal que se me complique, no doctor, le tengo que hacer la prueba, luego si algo pasa la responsable soy yo’.

Bueno, al final, después de la prueba, me inyectó y me dijo que cada seis horas debía aplicarme eso y que fuera donde él, y mi esposo le dijo «¿pero cómo va a venir cada seis horas donde usted? ¿Y cómo se va a quedar ella a dormir acá?, mejor contrato a la enfermera para que le aplique esos medicamentos». Él me dijo que como era jueves, me aplicara esos antibióticos y el lunes me sacaba todo eso con una jeringa.

-Así se hincharon-

El viernes me tocó ir a la clínica y me atendió una médico, yo tenía un seno inmenso, impresionante, me dolía todo el cuerpo y me sentía a punto de desvanecer y me remitió a la Clínica Comfamiliar, pues me dijo que estaba muy mal, al llegar a Comfamiliar no me hicieron ni el triaje sino que me pasaron de una vez para aplicarme medicamentos, líquidos para bajarme la fiebre, y más medicamentos para bajarme la infección, me hicieron unas ecografías y ahí vieron que el seno estaba lleno de materia y me programaron la cirugía».

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“Porque fue a una clínica si yo le iba a sacar después con jeringas ese líquido de los senos, usted obro mal” dijo el médico a pesar de que si no la operaban inmediatamente podía morir.

“Cuando al día siguiente el médico me llamó, le comenté que estaba allí y me iban a hacer una cirugía porque estaba muy mal, me dijo enfadado que por qué me fui para esa clínica, por qué permití que las cosas se salieran de las manos, que él tenía todo controlado y que el lunes me iba a sacar ese líquido con una jeringa, le conteste que lo hice al verme tan mal y que los medicamentos que él me recetó no habían hecho nada, y furioso me repitió que yo había obrado mal, le conteste que si no vengo a esta clínica me muero, estoy tan mal que acá me dijeron que si no vengo ahora me muero y estaba tan invadida que esa infección se iba para los pulmones, hasta ahí me hablo y hasta hoy no volví a saber de ese médico.

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Los médicos de Comfamiliar me dijeron que tenía materia en un seno, que estaba llena de pus y me tenían que sacar todo eso antes de que se regara por todo el cuerpo. El cirujano plástico de verdad me sacó eso y regresé a mi casa.

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A los cinco días estando en mi casa sentí de nuevo fiebre y llamé al cirujano de verdad y le conté que me pareció anormal. Me dijo que fuera de inmediato al consultorio de él, para saber si tenía de nuevo materia en el mismo seno o se había pasado para el otro.

Cuando fui me examinó el seno operado y otra vez estaba lleno de materia, otra vez a solicitar turno en la Clínica Comfamiliar y otra vez a operarme y drenarme y me dejaron diez días allí.

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Los senos me quedaron con cicatrices, por las tres cirugías, dos en el izquierdo y una en el derecho. Me quedó un seno más grande que el otro porque al llenarse de materia comprometió tejido mío y al limpiarme perdí parte del seno. Además, al hacerme las curaciones, otro tormento porque son terribles y dolorosas, también salía tejido mío”.

¿Y la amiga que le recomendó a este falso cirujano?

“La amiga mía del gimnasio, la que me recomendó a ese médico no se realizó la cirugía nunca con él y al enterarse de lo sucedido me dijo, que la disculpara, pero que las otras amigas de ella habían tenido buenos resultados.

Aún debo asistir a controles por la intensidad de la infección, ya que no se sabe que cantidad me inyectó.

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Sabemos que estamos en una sociedad que le exige a la mujer estar perfecta, yo me dejé llevar por ese camino y la verdad me siento muy afectada porque inocentemente caí en manos de un mal profesional sin ética, ese médico me hizo algo que yo no quería y en la habitación le repetí en medio del dolor y los gritos que no, pero él no me atendió y me inyectó los senos contra mi voluntad, además la responsabilidad de que cuando uno vaya a una clínica sí haya un quirófano, donde allí me dé un paro respiratorio o alguna situación se presente me muero, allí solo había una camilla, a una hija con 18 años no le recomendaría que se hiciera ese tipo de cirugías. Para mí esto fue una gran lección y cada vez que ingresaba al quirófano pensaba en la oportunidad de Dios que me permitió ver y le pedía a Dios que me diera otra oportunidad de vida y que hay cosas más importantes que jugar con mi vida. Esto nos afectó a mi esposo, a mi hija y a mí, yo no quiero más cirugías».

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  -Así quedaron-

NO ES LA ÚNICA VÍCTIMA DEL PREPARADOR FÍSICO QUE SE HACE PASAR POR CIRUJANO PLÁSTICO ESTÉTICO

“Aún voy a cumplir el ciclo de masajes y la esteticista que me atiende cuando le comente sobre mi caso, me contó que con este falso cirujano los casos como el mío son numerosos, que lo han demandado muchísimo, que a ese señor varias veces le han sellado ese consultorio, que cree que a él le quitaron la tarjeta profesional, yo creo que él no es ético, profesional y solo le gusta el dinero y juega con la vida de las personas.

Me pregunto ¿a cuántas mujeres les ha pasado lo mismo que a mí con ese señor? Le agradezco al cirujano plástico de verdad que me atendió en Comfamiliar, porque es muy profesional y me hizo un trabajo excelente”.

¿CUÁL ES EL FAMOSO MÉTODO DE ESTE FALSO CIRUJANO?

“Era una técnica que se utilizaba para pequeñas liposucciones, se infiltraba con solución de Klein, pero esa técnica se abandonó porque incluía solución salina y el anestésico xilocaína, pero ese anestésico a grandes dosis es peligroso y puede circular hasta doce horas después, produce arritmia y por ende la muerte».

Increíble hallar tanta barbaridad e irresponsabilidad reunida en un solo hombre como este.

*Nombre cambiado a petición de la fuente.

¿QUÉ PASA CON LOS CIRUJANOS PLÁSTICOS EN COLOMBIA?

En ambos casos se evidencian muchas irregularidades, ante posibles complicaciones no hubieran tenido respuesta oportuna, una embolia pulmonar, una trombosis, un severo accidente cerebrovascular, no había nadie que supiera de reanimación, sin carros de paro, sin anestesiólogos.

¿QUÉ HACEN LAS AUTORIDADES?

La Secretaría de Salud de Risaralda dice, que ante las denuncias espera se pronuncien en el Ministerio.

Ante nuestras denuncias de falsos cirujanos plásticos con diplomas de Universidades donde se ha comprobado que no estudiaron, contesta que eso está en Bogotá y mientras tanto esos falsos cirujanos plásticos siguen cada día con el macabro juego de la muerte con pacientes, que confían en un control del Estado que no existe. No importa que se destruyan vidas, se mutile o lesione, lo importante es el flujo de caja y en nuestro país el mercado no para y las incautas no faltan.

En Pereira abundan estos personajes a los que les va tan bien que ya tienen sus propias clínicas, aunque falta no les hace un sitio que se haga de la vista gorda para permitir que practiquen en los cuerpos de quienes confían en las fachadas de entidades médicas, el negocio es un quirófano que les factura cientos de millones.

¿CONTROLES?

No existen, hay visitas de inspección, clausuras de sitios piratas para operar, nada de eso, ¿qué pasó con el falso cirujano plástico de Maraya que el Consejo de Estado comprobó no estudió en la Universidad de Buenos Aires y aun así ya pretende seguir operando?

En esta ciudad hay ejerciendo más de 60 y si acaso la mitad estudio más de cinco años una especialización para cirujanos plásticos estéticos, la otra mitad son con certificados de “cursos express” no especializaciones, cursos que duran lo del trayecto del avión a Brasil o Perú, en la Universidad Vega de Almeida que según y al parecer como lo denunció Noticias Uno, NO EXISTE FACULTAD DE MEDICINA, menos de cirugía plástica. Pero no solo de estos se debe hablar, también esteticistas, visitadores médicos, parejas de médicos (esposa o esposo que aparecen operando y con esos títulos de Brasil) enfermeros, anestesistas, aparecen con títulos de cirujanos plásticos sin haber abandonado el trabajo en la EPS, ni salir del país.

¿QUÉ ES UN CURSO LATO CENSU QUE AVALA EL MINISTERIO PRESUMIENDO DE LA BUENA FE DE LOS FALSOS CIRUJANOS?

En todos los certificados que estos sujetos presentan al Ministerio de Educación y que este convalida sin preguntar ni averiguar, se lee LATO CENSU y según el Concejo Federal de Medicina de Brasil y el Tribunal Regional Federal de Brasil, esos cursos de posgrado LATO CENSU, no son válidos para ejercer la profesión y no habilitan al médico a presentarse como especialista, teniendo solamente valor académico. Es una mejoría de conocimiento en un área para el médico que ya está especializado.

Cursos de fin de semana una vez al mes, eso es un LATO CENSU.

¿SOLO FALSOS CIRUJANOS PLÁSTICOS?

También sabemos de casos de falsos internistas, falsos cardiólogos.

MÁS CONTROL

Dr. Alejandro Gaviria MINISTRO DE SALUD
Ministro de Salud, Alejandro Gaviria

Si la Superintendencia controla in situ las empresas y su publicidad, ¿por qué Salud desde Bogotá e incluso la Secretaría de Salud del Departamento no hace lo mismo? Por ahí puede empezar, registros, laboratorios, sociedad de anestesiólogos, comité de ética médica, planillas de turno de operaciones en cada sitio donde hay un quirófano, consultorios, clínicas, centros de estética, peluquerías, gimnasios, corroborar vallas, volantes, pendones, tarjetas de falsos cirujanos que atraen incautas y no les importa su vida.

SEÑORA SECRETARIA DE SALUD DE RISARALDA, SEÑOR MINISTRO DE SALUD, ESTE ES UN PROBLEMA DE SALUD Y LEGITIMIDAD.

Olga Lucia Hoyos Secretaria de Salud DPTO
Secretaria de Salud de Risaralda, Olga Lucía Hoyos

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