Recientemente, la JEP entregó un nuevo informe sobre las cifras del conflicto social armado con las FARC en el caso 07 (1), un documento que todo colombiano y colombiana debería conocer y tener presente antes de considerar que este país solo podrá superar sus problemas estructurales a través de la guerra, sea para enfrentar lo que Álvaro Gómez llamó “el régimen”, sea para defender el presunto buen orden, tal como se ha contemplado en las narrativas golpistas de un sector de la derecha nacional.

El mencionado informe reportó que las extintas FARC-EP sí reclutaban menores de edad y que durante la permanencia del conflicto se cometieron actos de violencia sexual, aunque valga la pena aclarar, el antiguo Secretariado solo aceptó que hubo reclutamiento mas no que la violencia sexual fuera un patrón de la organización, es decir, que fue una práctica ajena a los propósitos de las FARC-EP; no obstante, las declaraciones de varias víctimas y lo que se ha denunciado por organizaciones como la Corporación Rosa Blanca Colombia dice lo contrario (2)

De acuerdo con la JEP, entre 1971 y 2016 las FARC-EP reclutaron 18.677 niños y niñas, y se tiene el reporte de 951casos abiertos de víctimas de sobrevivientes y familiares de menores que siguen desaparecidos, sea porque murieron en combates, sea porque fueron fusilados y desaparecidos por el incumplimiento de alguna norma de la organización. También hay que destacar que 805 víctimas con las que se reconstruyeron las historias del reclutamiento, el 56% eran niños y el 44% eran niñas, con el agravante de que de este universo poblacional 29% de las niñas reclutadas sufrieron anticoncepción forzada y el 23% sufrieron abortos forzados.

En cuanto a la edad del reclutamiento, según los hallazgos de la JEP el 30% de las víctimas ingresaron a la organización cuanto tenían 14 años y en algunos casos menos. Los menores entre 15 y 17 años fueron el 70%, de las cuales se tienen acreditadas un 34% del universo poblacional. Como suele ocurrir en los conflictos armados, las amenazas y engaños suelen ser las modalidades más recurrentes para reclutar menores; ya en la organización, como parte del juego de poder y mando, los menores suelen ser sometidos a violencia física, amenaza de violencia y en algunas oportunidades, son violados y esclavizados sexualmente.

A la fecha, la JEP ha logrado recoger el testimonio de 135 víctimas (17% del total en el tribunal) que reportaron padecer algún tipo de violencia durante su permanencia en la organización (3) y no siendo suficiente con esto, se corroboró que el 35% de las mujeres comparecientes aseguraron haber sido víctimas de violencia sexual.

De toda la información recogida por la JEP y hoy utilizada como prueba para emitir los fallos, llamó significativamente la atención que las FARC-EP asesinara y desapareciera hijas e hijos recién nacidos, o en su defecto, que fueran forzados a ser entregados a otras familias; una práctica escabrosa que se suma a las otras tantas cometidas por esta guerrilla y que lastimosamente se sigue llevando a cabo por los grupos criminales que aún operan en el país.

Sin lugar a duda, los avances de la JEP nos invitan a reconocer el arduo trabajo que adelanta esta institución y con ello, a sumar nuevos informes a la ya amplia literatura pública sobre la trayectoria del conflicto armado colombiano, sus víctimas, patrones de violencia y alcances en materia social, económica, humanitaria e institucional. Que sea esta la oportunidad para que reflexionemos sobre lo que implica hacer la guerra.

Notas:

Para ver los avances en el caso 07 “Reclutamiento y utilización de niñas y niños en el conflicto”, ingresar a: https://www.jep.gov.co/macrocasos/caso07.html
Para adentrarse en los testimonios recopilados por el Centro Nacional de Memoria Histórica en relación con la Corporación Rosa Blanca Colombia, ver: https://centrodememoriahistorica.gov.co/corporacion-rosa-blanca-colombia/
Una película que vale la pena ver respecto a los niños en la guerra es: “Monos”

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