Por: Alejandro Medina Marin.
Los liderazgos se desarrollan por la percepción que algunas personas tienen de realidades comunes a partir de un análisis crítico que permiten la construcción de acciones legitimas en conjunto. Latinoamérica históricamente ha padecido conflictos entre otros asuntos por violación de derechos humanos, limitación en la soberanía de los países, crisis sociales, dificultades económicas y amenaza a la democracia que se traduce en agravios de paz, ambiente, salud, seguridad, migración, innovación tecnológica e inversión económica la cual no solo debe entenderse desde la macroeconomía, sino desde la microeconomía que se mueve en latam por las pymes en mayor medida y en grandes superficies industriales como la agrícola.
De este modo, los países latinoamericanos han creado alianzas estratégicas desde los años 80’s con la apertura económica para promover en bloque acciones políticas, sociales y económicas que les permita construir progreso para las naciones del sur. La CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) se creo en el año 2012 en Venezuela, para buscar desde el liderazgo no solo económico que se da en mejores instancias desde MERCOSUR (Mercado Común del Sur), sino político estableciendo criterios de inclusión social para generar en redes latinoamericanas decisiones que promuevan bienestar social y desde allí progreso económico.
Esto permitió que Latinoamérica se vinculará con otras latitudes del mundo para aperturar su economia, la inversión, el progreso social y desarrollo tecnológico, estableciendo conexiones sociopolíticas no solo con los Estados Unidos con quienes se tenía una posición hegemónica de progreso económico, sino con otras económicas como la China y la Unión Europea, ambas potencias económicas y mundiales que siguen el orden de la apertura económica desde el cono Sur con los países prósperos del hemisferio Norte y Este. Ahora bien, la estrategia propuesta en la CELAC no solo se vincula con una idea de ser productores y exportadores de las materias primas para generar riqueza, se progresó hacia una vinculación político-económica que permita como latitud mundial generar ideas y desarrollos que legitimen la soberanía territorial, generando un mercado interno que existe, pero se debe fortalecer por medio de redes de energía o producción/intercambio de gas, generación e intercambio de desarrollos en salud y farmacéuticos, redes de seguridad alimentaria, acciones de entendimiento latinoamericana que permita organizar polos de producción, transformación y comercialización para lograr hacerle frente a las crisis sociales, económicas y políticas generando posiciones que protejan los ciudadanos y el progreso como naciones latinas.
El mensaje en la CELAC consiste en seguir un orden sociopolítico para generar fuentes de ingresos diversas, que implica abrir frentes de negocio que es político desde el siglo pasado con la hegemonía de Estados Unidos como aliado único del desarrollo, pero que con la apertura económica y global de los años 2000’s y después de pandemia del Covid – 19 permitió no solo sistematizar la economía global, sino avances en desarrollo tecnológico que impactó las posibilidades transnacionales para desarrollar la economía prospera; ser hegemónicos en las posibilidades económica aumenta los riesgos políticos o sociales y disminuye la posibilidad de negociar y hacerle frente a las crisis para seguir avanzando como país y latitud sur-global, lo que implica no cerrar fronteras históricas de comercio donde se poseen entendimientos de intercambio, políticas y lineamientos de importación y exportación establecidos y construidos generación tras generación, sino permitir nuevas virtudes de comercio y desarrollo entre regiones históricamente conectadas; se debe entonces sobrepasar el discurso sin acción propio de estas organizaciones y seguir desarrollando la unión latinoamericana desde la pujanza de la nación colombiana con la presidencia de la CELAC.